Menos pantalla, más vida

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Una nueva herramienta para un reto común
El Departamento de Educación y Formación Profesional ha lanzado una nueva herramienta para acompañar a las familias en uno de los retos más presentes de nuestro tiempo: la gestión de la tecnología en casa. La guía, llamada "Menos pantalla, más vida", tiene como objetivo principal ofrecer información clara y consejos prácticos para gestionar el uso que niños y jóvenes hacen de las pantallas.
La idea central no es demonizar ni prohibir la tecnología, sino aprender a regular y gestionar un uso equilibrado, consciente y seguro para todos los miembros de la familia. La necesidad de este acompañamiento se hace evidente con datos tan contundentes como los siguientes:
- Hay un 33% de adolescentes que podrían estar desarrollando un uso problemático de internet y las redes sociales.
- Este porcentaje es más elevado en chicas y aumenta significativamente en 3º y 4º de ESO (UNICEF, 2021 · ver en el banco de recursos).
Este artículo destila las ideas más importantes de esta guía y las convierte en consejos prácticos para aplicar en su día a día, ayudándole a construir un entorno digital más saludable para todos.
Hábitos, límites y normas
La clave para un uso saludable de la tecnología en casa, según la guía, se basa en tres pilares fundamentales que proporcionan estructura, seguridad y coherencia.
- Hábitos: Son los comportamientos que, repetidos regularmente, se convierten en rutinas. Unos buenos hábitos digitales favorecen la autonomía y la gestión personal. Ejemplos prácticos incluyen:
- Establecer horarios concretos para el uso de pantallas, después de cumplir con las principales responsabilidades.
- Fomentar actividades digitales educativas o creativas, más allá del consumo pasivo.
- Priorizar espacios de desconexión, como las comidas o conversaciones, para fortalecer los vínculos, mejorar la comunicación cara a cara y crear recuerdos compartidos.
- Límites: Ayudan a proteger a los niños y adolescentes de los riesgos asociados a un uso excesivo o inadecuado, proporcionándoles seguridad. Algunos límites claros son:
- Establecer un tiempo máximo diario de uso, adaptado a cada edad y nivel de madurez.
- Restringir el acceso a contenidos no adecuados mediante herramientas de control parental.
- Definir momentos de no uso para todos, como por ejemplo a partir de una hora determinada por la noche para proteger el descanso.
- Normas: Son los acuerdos que regulan la convivencia digital en casa. Unas claras normas crean un marco común y coherente para todos. Por ejemplo:
- Pactar las normas con sus hijos e hijas para promover su compromiso y responsabilidad.
- Definir consecuencias claras si no se respetan los acuerdos.
- Aplicar las normas de forma coherente para todos los miembros de la familia (ser un buen ejemplo es fundamental).
- Realizar una revisión periódica de las normas según la edad, madurez y necesidades de cada momento.
¿Qué hacer según la edad?
La guía ofrece recomendaciones específicas adaptadas al nivel de madurez de cada rango de edad. A continuación, resumimos las pautas más importantes.
De 0 a 6 años: La base es la interacción real
Esta es la etapa más sensible del neurodesarrollo, donde se construyen las bases emocionales y cognitivas. Por eso, la interacción humana es insustituible.
- La recomendación es contundente: uso de pantallas totalmente desaconsejado de 0 a 3 años. En este período, el cerebro necesita estímulos del mundo real para construir un vínculo seguro, aprender a regular las emociones y desarrollar las capacidades sensoriales a través del juego físico.
- Para la franja de 4 a 6 años, la exposición debe ser muy limitada (máximo 30 minutos diarios, y no todos los días) y siempre con el acompañamiento de una persona adulta que comparta y dé sentido a lo que se ve.
- Es fundamental no utilizar nunca las pantallas como "chupete digital". Hacerlo para calmar o distraer a un niño no le ayudará en su propia gestión emocional, ni le dará competencias para resolver situaciones futuras de manera positiva.
De 7 a 11 años: Acompañamiento y primeros pasos
Esta es la etapa del descubrimiento digital guiado. El objetivo no es prohibir, sino acompañar cada paso para construir una sólida base de seguridad y sentido crítico.
- La exposición a las pantallas debe ser limitada (máximo 1 hora diaria) y siempre bajo supervisión adulta, preferiblemente en espacios comunes de la casa.
- La guía recomienda no utilizar teléfonos con acceso a Internet a esa edad. Si se considera necesario un dispositivo para comunicarse, se aconseja uno que sólo permita realizar llamadas.
- Es una etapa clave para hablar abiertamente sobre los peligros del entorno digital, la protección de datos y, de forma adaptada a su edad, debe introducirse el tema de las relaciones sexuales saludables y de la pornografía, para protegerlos de contenidos inadecuados.
De 12 a 15 años: Más autonomía, más diálogo
La adolescencia trae un deseo creciente de autonomía, pero la necesidad de acompañamiento y diálogo se hace más importante que nunca.
- El temps màxim d'ús recomanat és de dues hores diàries.
- Es subratlla la importància de retardar al màxim la incorporació del primer telèfon amb internet, idealment fins als 16 anys o més, en funció de la maduresa de l'adolescent.
- És el moment de negociar pactes, consensuar normes i utilitzar eines de supervisió familiar per acompanyar-los en aquesta nova etapa.
- S'ha d'evitar que simultaniegin tasques (fer deures amb vídeos o xats oberts), ja que això interfereix en els processos d'atenció i concentració i augmenta els errors.
De 16 a 18 años: Hacia un uso responsable y crítico
En esta fase final de la adolescencia, el objetivo es consolidar la autonomía digital responsable, pero el papel de la familia como referente y espacio seguro sigue siendo crucial.
- Aunque se fomenta un uso más autónomo, el acompañamiento familiar sigue siendo clave a través del diálogo y el interés genuino.
- Es necesario crear espacios de conversación sobre sus experiencias digitales, el impacto de las redes sociales en la autoestima y la importancia de gestionar su identidad online.
- Es vital ayudarles a velar porque su identidad real y la virtual no sean muy diferentes, fomentando la autenticidad y el sentido crítico frente a los modelos idealizados.
- Es importante mantener espacios familiares libres de pantallas, como las comidas, para seguir fortaleciendo los vínculos y la comunicación directa.
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El Plan Digital Familiar
Para llevar a todas estas ideas a la práctica, la guía propone una herramienta muy potente: el Plan Digital Familiar. No sólo es un contrato de normas, sino un proceso colaborativo que estimula el diálogo, potencia el pensamiento crítico y fomenta la responsabilidad digital de todos. El proceso de creación es tan importante como el documento final, puesto que modela la negociación y el respeto mutuo.
Un buen Plan Digital Familiar debería responder a las siguientes preguntas clave:
- ¿QUÉ dispositivos utilizaremos? (Móvil, tableta, consola, ordenador...)
- ¿CUÁNDO los utilizaremos? (Horarios, días de la semana, después de las tareas...)
- ¿DÓNDE se pueden utilizar? (Sólo en espacios comunes, nunca en las habitaciones por la noche...)
- ¿PARA QUÉ los usaremos? (Para fines educativos, entretenimiento, comunicación...)
- ¿CÓMO lo haremos? (Con supervisión adulta, qué aplicaciones están permitidas, cuáles no...)
Nunca es tarde para comenzar a cuidarnos digitalmente
En ocasiones, como familias, podemos tener la sensación de que ya es tarde para poner orden en el uso de la tecnología. La guía nos recuerda con un tono alentador que nunca es tarde para empezar. Poner límites no es castigar, sino una forma de cuidar y proteger.
Para terminar, recuerde estos mensajes clave:
- Nunca es tarde por ser un buen ejemplo: nuestro uso de las pantallas es su principal referente.
- Nunca es tarde para dialogar antes que controlar: hable con confianza sobre lo que hacen, ven y sienten en línea.
- Nunca es tarde para establecer normas claras y compartidas: los acuerdos consensuados funcionan mejor que las imposiciones.
- Nunca es tarde para cuidar el respeto y la privacidad: enseñe a proteger los datos, la identidad y la intimidad propia y de los demás.
- Nunca es tarde para proteger el descanso: evite las pantallas antes de acostarse y fomente una buena higiene digital.
- Nunca es tarde para recuperar el tiempo en familia: ofrece alternativas atractivas y compartidas lejos de las pantallas.
Como dice el eslogan de la campaña, el objetivo final está claro: "¡Menos pantalla, más vida!".

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Publicado:
24 de septiembre de 2025