Con motivo de este 2 de mayo, día internacional contra el bullying que coincide con un período de confinamiento por la situación social, damos algunas ideas clave de cómo intervenir durante estos días para superar el ciberbullying.
El ciberbullying es un tipo de maltrato que ocurre entre niños y jóvenes que se conocen de un entorno educativo. Esta relación con la educación implica una responsabilidad de los agentes educativos, de las mismas familias y del acompañamiento de los centros hacia la resolución de este tipo de fenómeno.
Las dificultades humanas que surgen de relacionarnos, los conflictos que a veces no sabemos cómo resolver (internos y externos), pasan durante estos días a las relaciones dentro de entornos a través de los cuales nos comunicamos.
No podemos confirmar sin datos que haya un aumento del ciberacoso, pero si sabemos que los entornos digitales son nuestro canal de comunicación más utilizado durante este momento de alerta social y de salud.
El confinamiento mueve emociones que necesitan ser miradas y resultas. Si no tengo espacios para poder dar un lugar a estas emociones, repararlas y dejar que dentro de mí se conecten emociones y pensamientos de bienestar, una vía de huida puede ser el ataque y el malestar, en definitiva, la violencia.
Aprender a relacionarnos con más bienestar es una oportunidad para aprender a COMvivir (cómo vivir), relacionarme y compartir con los demás, que también es aprender a vivir en bienestar.
En prevención podemos caminar hacía un cambio de mirada que nos enfoque al desarrollo socioemocional de la infancia y la juventud. Desarrollar la personalidad implica también desarrollar la identidad digital, las relaciones digitales saludables, cómo nos compartimos en las redes y cómo nos comunicamos en las diferentes APPs de comunicación.
En detección tenemos la oportunidad de seguir trabajando para la presencia del adulto y la corresponsabilidad del grupo y de cada joven, generando espacios de comunicación y formas de captar las emociones que se mueven, dónde se originan y cómo se pueden expresar.
En la actuación debemos procurar acompañar a la reparación continuamente. Es un reto de visibilización de las propias fortalezas tanto en el compromiso de parada de la violencia, como en el acompañamiento a transitar por las emociones.
Podemos aumentar el acompañamiento y la presencia en las relaciones, en las emociones de los niños/as y jóvenes aprovechando la oportunidad del confinamiento aumentado nuestro bagaje en el uso y conocimiento de las tecnologías.
Podemos aprovechar "la parada" para revaluar cuál es la convivencia que queremos dentro y fuera de nuestros centros, las formas de relación y el uso, acompañamiento y preparación para la interacción dentro de un mundo digital que no podemos desconocer, sino que al contrario, debemos poder aprovechar y poner al servicio de la convivencia y el bienestar.
Podemos dar lugar a la oportunidad de poder, desde la desconexión y también desde el mundo digital, de relacionarse con uno mismo para seguir descubriendo quién soy y qué, y cómo me quiero compartir. El confinamiento es una oportunidad genial para hacer una mirada interna, para darme el espacio para ser quien quiero ser.
- - - - - - - -
Ramiro Ortegón
2 de maig de 2020